Tras la tormenta del otro día y aprovechando que tenía que cerrar unos asuntos en el Bósforo, he decidido quedarme unos días en la bellísima ciudad de Estambul, y de paso subir mis
skills en las muy nobles y trabajosas faenas de la minería, la tala de árboles, fundición y trabajos navales. Y es que esta ciudad tiene la ventaja de tener muy cerca las fuentes de ambas materias primas, mineral y madera, y dichos trabajos resultan por ello mucho más llevaderos.

Además, este breve descanso me ha permitido reparar totalmente mi barco, que vuelve a estar flamante, y deseando izar sus velas en busca de nuevas aventuras... ¡¡¡Temblad malditos, la Mota Negra vuelve al ataque!!!
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