lunes, 30 de julio de 2007

Vacaciones en Madeira.

He de comenzar pidiendo disculpas a mis lectores por la injustificable demora en publicar nuevos relatos de mis aventuras. Pero he de alegar en mi favor que, tras navegar arriba y abajo durante los últimos meses, en busca siempre de ese golpe de suerte que recomponga el aciago estado de mis alcancias y dé tranquilidad a mis deudores - a los que el diablo arrastre pronto a su presencia- (lo que, como imaginarán vuesas mercedes, no he logrado conseguir), he decidido tomarme unas merecidas vacaciones. Y que mejor lugar que aquel donde el Guild Libertad, al que tengo el orgullo de pertenecer, ha ubicado su Cuartel General, ese paraiso sobre la tierra que son las Islas de Madeira.


Pero no crean que todo ha sido descanso y balancear de hamaca durante mi estancia en las islas. Mi espíritu inquieto, azuzado por la preparación de mis próximas aventuras, me ha impulsado en pos de la verdadera destreza, a fin de lograr ser un digno representante de las artes de combate que han dominado Europa durante los últimos siglos y que espero que mi acero sepa demostrar a los que osen desafiarlo. Tal es así que gran parte de mi tiempo en Madeira, lo he destinado a entrenar con mi sable hasta desgastar su filo incontables veces, para beneficio del herrero y nueva merma de mis caudales.

A este respecto, debo recomendar a aquellos que estén interesados de un modo serio en el tema, la lectura de este librillo que encontré casualmente en mis devaneos sobre el tema, y que acerca, de un modo asequible para aquellos no muy versados en la filosofía de las armas, (y que no sean capaces de leer el original del siglo XVII, entre los que me encuentro), la obra y enseñanzas de D. Luis Pacheco de Narváez sobre la verdadera destreza española.



En otro orden de cosas, también he de relataros las modificaciones que en estos días efectué a mi mercante, Astarté, con el que, con mayor cabida en sus bodegas y más gracil silueta, he desarrollado diversas misiones comerciales no exentas de riesgos y aventuras. Pero esas historias las contaré en otro momento, ya que, como ya saben vuesas mercedes, un servidor de ustedes se encuentra de vacaciones...